El fred m'espia i una dona passeja el gos tapada amb la bata de dormir. Els joves dibuixen amb guix a la paret del barri. Hoy solo el viento silva junto a mis oidos, pues ni el pesar de un mañana será capaz de ahuyentar la sonrisa de mis mejillas.  Nunca salgo de casa sin perfume, dime cobarde, pues no lo hago en vano si me busca el tiempo. Y por qué el tiempo? no vale nada, y me hunde entre arena y olvido para esconder cada atisbo de mi en sus ojos, prohibidos por el desdeño i una razón, que como muchas más, sonará ridícula al llegar  la séptima llúvia. No escondo mi angustia al perder cada segundo de mi vida, pero saben a gloria todos los que he podido cazar.
Suena amarga esa mirada, que miente a la mia, pues todavía con algo de dignidad, negaré evidenciar la verdad que leo en sus ojos.
El fred envaeix les meves mans, i aquella olor s'instala a les puntes dels meus dits, que seran els culpables d'un dolç descenç cap als meus somnis.